Recientemente, el candidato a
la presidencia del Perú al 2016, Pedro Pablo Kuszynski ha lanzado la propuesta
de reducir el IGV en tres puntos porcentuales (De 18% a 15%). Sin embargo, esta
premisa ha generado un debate coyuntural. Dos economistas mostraron sus puntos
de vista con respecto a este tema.
Por un lado, el economista
Pedro Francke en su artículo “No hay lonche gratis” se muestra escéptico a esta
medida ya que en su visión menor recaudación, menor gasto público. Sin embargo,
¿una menor tasa nominal significa necesariamente menor recaudación? En opinión
personal la respuesta sería, depende. Además, el economista en mención subraya
que “no hay un solo estudio econométrico en el Perú que sugiera que rebajando
tasas se recauda más: ni uno.” Sugeriría que pueda leer el artículo
“Indicadores recientes del IGV en el Perú: Tasa nominal, Tasa efectiva,
Recaudación y Actividad Económica.” por el economista José-Manuel Martin1
donde hace uso de la econometría al respecto.
Por otro lado, Javier Zúñiga,
ex-decano de la facultad de Economía de la Universidad de Lima, en su artículo
“Una reducción interesante” propone que si el IGV se contrae progresivamente,
ello puede contribuir con la dinamización del consumo y una baja de precios.
También menciona que el Perú se vería beneficiado por atraer a inversionistas extranjeros
concretando una viabilidad, al igual que en los países avanzados donde el IGV
llega a un 12%. Es así que surge en mí una interrogante. ¿Es la casuística
internacional un modelo guía? Opino que no necesariamente.
Finalmente, concluyo que los estudios empíricos, a
diferencia de opiniones lógicas y uso de casuística, son los determinantes de
una opinión técnica y centrada. Herramientas posibles podrían ser La Curva de
Laffer o la Curva de Consumo Keynesiana.
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